La Guardia Negra. Como los antifas luchan contra los separatistas en Ucrania

 

 

 

 

La propaganda rusa describe al gobierno ucraniano como una “junta fascista”. Entre tanto, en los batallones de voluntarios de Ucrania están representadas personas de muy diversas opiniones. Entre ellas representantes del movimiento antifa de Ucrania, e incluso de Rusia. El corresponsal de The Insider Aleksandr Litoi explica, por qué los antifas luchan contra los separatistas pro-rusos, cuál es su relación con los acontecimientos en el Maidán y por qué la revolución para ellos solo acaba de empezar.

 

 

Antifa en el Maidán

Antifa en Ucrania surgió en la primera década después del 2000. Su confrontación con los nacionalistas fue bastante dura. Así en el 2009 fue acuchillado Maksim Chaika, activista del movimiento “Sich” (estructura juvenil del partido nacionalista “Svoboda”). El uso de armas blancas en los conflictos entre los antifas ucranianos y los ultraderechistas es algo habitual.

El grupo antifa más conocido está formado por los hinchas del “Arsenal” de Kiev, uno de los club de fútbol más antiguos del país. En estos días el “Arsenal” atraviesa serios problemas financieros y juega en la liga amateur, pero durante muchos años jugó en la primera liga ucraniana, lo cual permitió a sus hinchas fortalecerse en peleas con los grupos de hooligans más importantes. Los principales adversarios de los fans del “Arsenal” son los hooligans del “Dinamo” de Kiev y el “Karpaty” de Lviv. Los partidos Arsenal – Dinamo y Arsenal – Karpaty tradicionalmente atraían a los antifas de Rusia y Bielorrusia. Estos partidos regularmente acababan con incidentes a gran escala, por ejemplo en el caso de los choques en el centro de Lviv en 2010.

Los acontecimientos del invierno pasado en Kiev obtuvieron un apoyo apasionado por parte de anarquistas y antifas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia. Según los datos de The Insider, por lo menos 200 personas de este entorno participaron en el Maidán de Kiev. Sus compañeros participaron en los “maidanes” locales en numerosas cuidades ucranianas. Algunos rusos y bielorrusos fueron víctimas de represalias tras volver de Ucrania.

(editorial: más información del caso en donbassantifascista)

Aún así, no les fue permitido registrar su unidad de autodefensa del Maidán. Aquel procedimiento generaba buenas relaciones públicas, y daba una serie de beneficios, incluida la posibilidad de obtener armas. Pero al registro se opuso el partido “Svoboda”, con presencia masiva en el Maidán. Andrei Parubyi (hasta hace poco el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, y en aquel entonces el jefe de los grupos de autodefensa del Maidán), lejano a todo conflicto entre juventudes de izquierda y derecha, simplemente aceptó la opinión del movimiento con más representación y denegó el registro de la unidad antifa. Las relaciones entre seguidores de “Svoboda” en el Maidán y los antifascistas eran más que tensas. La relación entre los antifascistas y el “Pravyi Sektor” fueron más tranquilas, culminando en la lucha de parte de los antifascistas conjuntamente con los miembros de “Pravyi Sektor” contra los mercenarios y las unidades especiales de policía “Berkut”. Los participantes del Maidán recuerdan, que de hecho “Pravyi Sektor” se creó en las plazas de Kiev y sus seguidores no eran tan “ideológicamente definidos como partidarios de la utraderecha”, a diferencia de los miembros de “Svoboda”.

“En el Maidán estuve un poco al principio, después un poco tras las primeras cargas. Y claro, a partir del conflicto de la calle Grushevskogo hasta el último ataque”, cuenta el simpatizante anarquista Timur, quien a día de hoy lucha contra los separatistas en el este de Ucrania incorporado en un batallón de voluntarios.

“Desde el fin de diciembre hasta principios de enero iba al Maidán, esperaba el comienzo del conflicto. Después me fui de Kiev. Todo empezó el 19 de enero, y a partir del 22 de enero por la mañana ya estaba en las barricadas. Iba como si fuera un trabajo, todos los días 12 o más horas. Quizás lo que más recuerdo fue como a un metro de distancia mataron a un chico, o como pidieron sacar un cadáver de la linea de fuego, y resultó ser una persona que conocía muy bien. Después del Maidán ya no pude mantenerme al margen de los acontecimientos”, cuenta un voluntario, bajo el alias de Khartman, como sus motivos para ir a combatir al este de Ucrania.

El antifascista moscovita Nikolai en sus años estudiantiles participó a menudo en peleas con nazis. En los últimos años llevaba una vida tranquila en la capital rusa, pero ahora se ha involucrado en los acontecimientos que no tienen comparación con las peleas callejeras. “Es imposible enumerar todo lo que hice en el Maidán, desde la participación en grupos de autodefensa hasta trabajo de voluntario. Estuve en los momentos más tensos. Nuestra tarea principal fue parar la entrada de autobuses con mercenarios del sur, y en la medida de lo posible obstaculizar la salida de las unidades de “Berkut”. Así cortamos las carreteras principales entre Kiev y Odessa”, cuenta Nikolai.

Nikolai comparte sus memorias en vísperas de atravesar la frontera entre Rusia y Ucrania, con el objetivo de unirse a los batallones de voluntarios que combaten a los separatistas.

“Lo que más me impresionó en el Maidán fue el pueblo. Jamás en mi vida había visto tanta unidad ante la amenaza. Las palabras principales del Maidán eran respeto mutuo y empatía. De hecho, el primer conflicto con los partidarios de “Novorrosia” ocurrió allí mismo. Lo que nos espera en las “repúblicas populares” de Donetsk o Lugansk son los mismos “Berkut”, mercenarios o miembros de grupos violentos y policías corruptos. Son el último suspiro del anti-Maidán”, explica Nikolai.

Antifa contra los separatistas

Los antifascistas no se identifican con la frase “operación antiterrorista” y llaman a la situación de hoy en día con la palabra “guerra”.

En la declaración de los ultras de “Arsenal” aparece lo siguiente:

“Dado el deterioro de la situación militar en el este de Ucrania y los recientes acontecimientos en Crimea, declaramos abiertamente que cualquier persona que apoye la desintegración del país, de una manera u otra, es nuestro enemigo! Da igual si estas personas se identifican como nazis o “antifascistas”. Nos oponemos a cualquier tipo de tiranía, dictado, totalitarismo y zarismo, sea imperial, bolchevique o nazi.

Para nosotros es evidente que todo el caos que ocurre en el este de Ucrania se debe a las ambiciones imperiales del “pequeño zar del Kremlin”. […] Al mismo tiempo no somos rusófobos: todas las personas con dos dedos de frente en Rusia siguen siendo nuestros amigos, conocidos, compañeros de lucha.”

El mismo grupo ha puesto en marcha el proyecto “La Guardia Negra de Ucrania”. Anton, uno de los líderes de los ultras de “Arsenal” explica que el grupo hace un esfuerzo especial para con el trabajo de información internacional. Uno de sus objetivos es lograr un entendimiento mútuo con todos aquellos que hasta hace poco llegaban a Kiev a ayudar en las confrontaciones con los nazis de “Dinamo” y “Karpaty”.

Otro actividad de la “Guardia negra de Ucrania” consiste en abastecer a personas ideológicamente cercanas en los batallones voluntarios. En este momento la Guardia ayuda a diez combatientes en diferentes batallones.

“La mitad de ellos necesitaba ropa de camuflaje, a un chico le mandamos botas, protectores de piernas y guantes tácticos”, cuenta Anton.

Los activistas también participan en el grupo de apoyo a Aleksandr Kolchenko, antifascista de Simferopol. Aleksandr junto con otras personas de Crimea permanece en prisión preventiva en “Lefortovo”, Rusia, acusado de actividades terroristas contra las autoridades rusas, que supuestamente consisten en la preparación de actos terroristas en Crimea, y también en quemar las oficinas del partido de Putin “Edinaya Rossiya” y la organización “Russkaya obshchina” en Simferopol.

(editorial: mas información en donbassantifascista)

“Hoy en día, si no apoyas la lucha contra los terroristas en el este de Ucrania, eres un pedazo de mierda”, dice sin pelos en la lengua Olga, anarquista de Kiev. Su compañero sentimental y de lucha Evgenyi hace poco se fue al frente. Olga cuenta que Evgenyi está por ahora en una unidad de reserva, protegiendo una central térmica en la región de Donetsk. Evgenyi forma parte del batallón “Donbass”. Según cuenta Olga, su preparación antes de ir al frente fue escasa, en un mes de entrenamiento pudo vaciar tan solo un cargador de metralleta.

La Guardia Negra

Los combatientes que reciben apoyo de la “Guardia Negra de Ucrania” luchan en diferentes batallones, entre ellos “Azov”, compuesto por numerosos nacionalistas ucranianos. Por ejemplo Timur, a pesar de sus simpatías anarquistas, acabó en el batallón “Azov”. Aún así, la situación no le incomoda, simplemente no participa en discusiones ideológicas con la mayoría de los miembros del batallón e intenta aprender todo lo posible de los instructores de “Azov”, entre ellos nacionalistas de Suecia.

“Desafortunadamente, todavía no he podido participar en combates”, cuenta Timur. “Cuando llegamos al frente, al día siguiente “Azov” atacó Mariupol, hubo enfrentamientos, parte de nuestra unidad participó en los combates, pero por una banalidad no puede combatir, faltaban metralletas. Fue algo muy desagradable. Ahora en Mariupol mantenemos algunos edificios y limpiamos la cuidad de los restos de la escoria.”

Timur no quiso dar más detalles sobre la “limpieza de la escoria”. “Creo que la frase “limpiamos la ciudad de la «escoria” (separatista) es bastante inequívoca”, añade Timur.

“Tuvimos un par de salidas, cubrimos un almacén de armas y rastreamos la playa buscando saboteadores. “Azov” es un batallón grande, las unidades individuales están constantemente en acción, hace poco se atacó Novyi Svet, pero sin nosotros. Ahora nos preparamos para Donetsk. Allí estarán todos”, continúa Timur. “Antes faltaban armas, ahora en “Azov” tenemos todo lo que necesitamos en la guerra. Chalecos antibalas cerámicos, cascos de kevlar, abastecimiento… Aprendemos constantemente a luchar en entornos urbanos y atacar edificios. Disparamos mucho: disparamos en movimiento, saltando, corriendo, nos movemos bajo fuego. Así mismo cada combatiente adquiere una especialización.”

Los entrevistados admiten, que en la guerra de Donetsk hay muchos ultraderechistas, en ambos lados del frente. Del lado ucraniano luchan nazis de los países de Europa occidental, del lado de Novorossia lo mismo pero de origen serbio. Hay ciudadanos rusos, participantes en marchas de grupos de ultraderecha ortodoxa, que combaten en ambos bandos. “Siendo antifascista, me alegra que los nazis se disparen mutuamente y caigan prisioneros de guerra”, dice Khartman. Los antifascistas ucranianos opinan que es posible luchar junto con sus adversarios porque los ultraderechistas carecen de un programa propio en relación con esta guerra. Más allá de las palabras generales sobre la defensa de Ucrania contra el imperialismo de Putin, con las cuales ya está de acuerdo la mayoría de la población.

Khartman, igual que Evgenyi, combate en el batallón “Donbass”, aunque entró en la segunda ola de reclutamiento de voluntarios. Recibió una preparación seria, y ahora está en primera linea. “He participado en la toma de Popasna y Lisichansk, en operaciones de reconocimiento y sabotajes”, confiesa.

La experiencia de varios años de “Arsenal” sin duda fue de gran ayuda, especialmente en las ciudades conquistadas. Enseguida reconoces gente sospechosa, espías u otros separatistas. Y la base del coraje proviene de las peleas y salidas con “Arsenal”. Gracias a aquellos tiempos y aquellos chicos, el miedo se convirtió en furia y en un deseo infinito de lograr la victoria cueste lo que cueste, sin escapar, sin rendirse”, añade Khartman.

La revolución continua

La “Guardia Negra” no siente lealtad hacia el presidente ucraniano Petro Poroshenko, sino que afirma que estos sentimientos son mayoritarios entre los batallones de voluntarios. Ven con empatía las protestas multitudinarias que surgieron tras los intentos de introducir una movilización obligatoria al ejército ucraniano. Según su opinión, los separatistas tienen que ser derrotados por personas que se han ido a luchar por voluntad propia. La otra razón proviene de la actitud de indiferencia de las autoridades para con sus propios soldados.

“El gobierno no abastece en absoluto los batallones de voluntarios. La ropa de camuflaje que nos dieron, de fabricación nacional, no sirve para un uso prolongado. Las armas son kalashnikovs del año 1965. Y la gente que tiene miles de millones no quiere abastecer el ejército de su bolsillo”, explica Anton.

“¡Cuántas veces mandaron a la guardia nacional y al ejército a un bloqueo abandonándolos a su propia suerte, cuántas veces por puro milagro (gracias a la ayuda de voluntarios) no murieron de hambre o de sed! Por ejemplo en la montaña Karachun cerca de Slavyansk. Conozco personalmente a dos hermanos que durante mucho tiempo llevaron ellos solos comida y agua a las tropas a la montaña bajo fuego a ráfagas ¡Los únicos! Otro ejemplo – las tropas que se encuentran entre Lugansk y la frontera. Estaban rodeadas, por un lado bajo el ataque de los separatistas, por otro lado bajo fuego de todo tipo de artillería proveniente de Rusia. Claro, les prestaban ayuda, pero de una manera bastante miserable. Hay muchos ejemplos parecidos en esta guerra”, recuerda Khartman.

Los entrevistados confirman que en los batallones se extiende la idea de que tras la derrota de los separatistas habrá que reclamar la responsabilidad del gobierno por todos los errores militares, y también luchar por la depuración de los cargos del régimen anterior, una de las demandas del Maidán ignoradas por el nuevo gobierno.

“Somos los primeros enemigos de este gobierno. Aquí todos han visto el cinismo, el engaño, como trataban a la gente. Cuando acabe todo en Donbass, iremos a Kiev a presentar nuestras preguntas, para las cuales no tienen respuestas, y nuestra experiencia nos permitirá luchar contra cualquier tipo de reacción por parte del poder. No tienen apoyo ni en los maderos, y aún menos en el ejército”, piensa Khartman.

“Desde Ucrania los cambios se extenderán a todo el mundo post-soviético”

Los entrevistados admiten, que la mayoría de los separatistas son habitantes del Donbass, aunque según sus informaciones los rusos ocupan los puestos clave y las principales responsabilidades en las estructuras militares de Novorossia. Admiten que en el este del país hay históricamente más vínculos con Russia que en otros regiones de Ucrania. Pero están convencidos que si no paran a los cowboys en Donbass, el problema se extenderá por todo el país. Además estan convencidos de que los ciudadanos de los regiones de Donetsk y Lugansk son víctimas de las manipulaciones de la propaganda prorrusa.

“Según nos dijo una mujer mayor en Popasna, “nos han prometido demasiadas cosas, todo era muy bonito, nos engañaron, nos comieron la cabeza”. Días después de la toma de Lisichansk se acercaban a nosotros y realmente se asombraban de que, al parecer, no nos dedicásemos al saqueo de cadáveres, no matásemos a civiles y no nos comíesemos a los niños”, recuerda Khartman.

“Los cambios en Ucrania se van a extender a todo el mundo post-soviético”, piensa Nikolai. Aunque los centros de reclutamiento de voluntarios no hacen ningún esfuerzo por captar ciudadanos rusos, no es tan difícil ir al frente ucraniano y luchar contra los separatistas de Novorossia, sin tener que cambiar de ciudadanía. Lo cierto es que al volver a su país, los combatientes rusos de los batallones voluntarios pueden tener serios problemas.


Traducido por Adoquín.org

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