Original: http://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2015/01/28/a-proposito-de-la-makhnovchina-y-el-oportunismo-revisionista/
El siguiente texto es una parte de una contribución más extensa, la cual será publicada en el próximo número de la revista “Ellos no pueden parar la revuelta“. Esperamos dejar claro con este pequeño aporte cómo las banderas de la revolución también se las apropian grupos contrarrevolucionarios de todo tipo, en este caso los nacionalistas ucranianos y toda su parafernalia “revolucionaria” (banderas rojinegras, entandartes con la figura de N. Makhno, etc.), y hasta todos aquellos denominados “anarquistas” que se plegaron a favor del frente anti-ruso. El objetivo de dar a luz este texto no es otro que el de posicionarnos contundentemente en favor de los auténticos principios de los proletarios revolucionarios: internacionalismo, anticapitalismo, antiestatismo, y obviamente en contra de todo nacionalismo y/o facción burguesa dentro de las guerras interimperialistas…(Materiales)
La disolución de la URSS, conllevó a un poderoso auge del nacionalismo en todos aquellos países, regiones y etnias que celebraron con júbilo el independizarse de la anexión “comunista”. Ucrania no fue la excepción, y los rezagos de resentimiento en la región hacia el terror bolchevique vividos en aquellos años de dominio durante el siglo XX, con plena certeza, no fueron asociados en forma alguna, al actuar de un Estado capitalista, sino de la acción del “comunismo” depredador, e incluso más que eso, fue interpretado como la dictadura Moscovita que imponía una cultura y un idioma, aún para quienes no lo creyeron así del todo, puesto que ciertas regiones sí abrazaron con plenitud esa identidad ruso-ucraniana.
Los acontecimientos que tuvieron lugar en noviembre del 2013 fueron el parte aguas para el florecimiento de un sentimiento anti-ruso ya cultivado hace años:
«Aunque me he educado después de recuperar la independencia, la educación que recibí fue una típica ruso-soviética. Fui criado y educado en las películas rusas, música rusa, libros rusos, y durante mucho tiempo considerado a Rusia como un país amigo, incluso familiar. Pero ahora todo se ha ido en el pasado. De ahora en adelante, para mí o mis seres queridos, así como para los millones de ruso hablantes y rusos de Ucrania, nunca llegará a la mente ustedes llamen a eso una nación fraterna.
Nosotros, sus gemelos mentales, que crecieron en los mismos libros y cómics, hoy hemos llegado a esto, que queremos separarnos de ustedes -de los rusos- con una pared de tres metros, tal cual, como Israel de Palestina.
CARTA A RUSIA desde Donetsk escrita por un ciudadano de Donetsk»
A partir del conflicto de noviembre del 2013, se presentó el auge de diversos grupos que se adentraron en el combate callejero armado bajo la bandera reivindicativa de Néstor Makhno -revolucionario anarco comunista e internacionalista durante la revolución rusa-.
Pero… ¿Qué grupos fueron los que se adjudicaron esa bandera? Nada más y nada menos que grupos neonazis y nacionalistas, aunque claro, también los hubo “anarquistas”.
Se puede deducir fácilmente, que dadas las condiciones de nacionalismo y sentimiento anti-ruso imperantes en la región (automáticamente asociado también a una postura anti-bolchevique y anti-comunista por parte de los ucranianos), asocien la figura de Makhno, quien combatió contra los bolcheviques, como un idóneo libertador símbolo equiparable a la “lucha” que ellos hoy desencadenan contra la imposición del Kremlin; nada más absurdo que esa fétida mentira ideológica -por no decir ahistórica- sea asumida por todos esos orates nacionalistas.
Y… ¿qué hay de los anarquistas de Ucrania que también le reivindican? ¿Acaso ellos si le reivindican por su papel histórico como combatiente por la revolución? No, tampoco. Todos esos “anarquistas”, como lo hemos indicado en el punto anterior, se encuentran luchando abiertamente en el frente nacionalista y patriota anti-ruso, en el mismo frente que luchan toda clase de liberales y fascistas, bajo los mismos “argumentos” que enuncian que Makhno fue antibolchevique y “por consiguiente” “luchó por una independencia nacional de Ucrania”[1] (sic). Aún los “anarquistas” más radicales, que se deslindan de los grupos neonazis, y reivindican la lucha de clases y demás consignas combativas, no dejan de estar en ningún momento al margen del encuadre nacionalista, que críticamente o no, bajo ninguna circunstancia deja de estar posicionado a favor del Euromaidan y el imperialismo de la UE y U.S.A.
Ante tal situación, todo el izquierdismo en la actualidad no ha dudado oportunamente de sacar provecho de esta partida y “poner en evidencia” generalizada que gracias a esos hechos «se demuestra el carácter natural reaccionario del anarquismo y de todos los anarquistas», cuando bien, los verdaderos revolucionarios sabemos perfectamente que todas esas deformidades y tergiversaciones de los reaccionarios que se escudan en el nombre de los revolucionarios [como lo es Néstor Makhno] y en el término Anarquismo, no son sino las artimañas que desde siempre ha empleado la burguesía para sembrar división y debilidad en el proletariado.[2]
Ante la desarticulación y el desarme teórico existente al que asistimos desde hace décadas, es necesario desenterrar y recuperar los elementos históricos y materiales que nos heredaron los proletarios que lucharon por la revolución; no sólo los de los revolucionarios de Ucrania durante la insurrección de 1917 y luego en 1918, sino los de todo el mundo, las lecciones del pasado forjan también las armas con las que hemos de combatir hoy y mañana a la burguesía. Pero, en el caso que aquí nos ocupa, tanto la llamada “revolución rusa” como la llamada “revolución makhnovista” en Ucrania nos legaron grandes y valiosas lecciones a los proletarios de todas partes para la lucha revolucionaria presente y futura. (Ver “La Contrarrevolución Rusa…” del GCI y el citado texto sobre la Plataforma de 1926.)
Los grupos nacionalistas y neonazis que hoy se adjudican herederos de la revolución que en Ucrania ondeó la bandera de Libertad o Muerte, ni siquiera se les puede llamar revisionistas, ¡sino retrasados mentales![3]… El caso de Makhno no es el primer caso en el que la burguesía y la socialdemocracia reivindican un luchador histórico del proletariado mundial para tergiversar su contenido revolucionario (esto es, de negación y destrucción revolucionaria de la sociedad burguesa toda) y desviarlo hacia la creación de mitos que justifiquen todo el oprobio nacionalista y capitalista.
Es necesario para el proletariado revolucionario combatir contra todas las mentiras y contra la concepción de la realidad vigente para destruir y desenmascarar a todos los oportunistas y embaucadores de todo tipo. No olvidemos, por un lado, que el proletariado no es débil porque está dividido, sino que está dividido porque es débil (Anton Pannekoek). Pero tampoco olvidemos, por otro lado, que la reapropiación, defensa y difusión de nuestra experiencia histórica y nuestro programa revolucionario, de manera colectiva y organizada, como clase, es parte de la lucha por superar esa debilidad, por reconstituirnos y fortalecernos como clase revolucionaria. Lo cual es inseparable de la lucha real o concreta afuera y en contra de todas las estructuras del capital y del Estado por defender e imponer nuestras necesidades humanas, es decir de la lucha de clase autónoma y directa, con nuestras propias reivindicaciones y nuestras propias estructuras. En toda esta lucha, las minorías revolucionarias son, como diría el mismo Pannekoek, los “órganos de autoclarificación de la clase”, de su propia lucha o acción, pero también son, por esa misma razón, las que pueden y deben impulsar hacia adelante al movimiento real de lucha proletaria contra el sistema, sus defensores y sus falsos críticos, esto es contribuir a su autonomía y su ruptura como clase e impulsarlo hacia la revolución. Tal es su papel y su responsabilidad, la de todos los comunistas y anarquistas realmente revolucionarios de todas partes.
Notas:
[1] Esas fueron las declaraciones de algunos grupos nacionalistas para justificar la defensa de la figura de Makhno. (http://www.youtube.com/watch?v=hNBNpwWBprY)
[2] No vamos a profundizar aquí en la gastada dicotomía comunismo y anarquismo, consideramos en su lugar los textos de: “¿Comunismo? ¿Anarquía?” en Cuadernos de Negación No2 y Plataforma organizativa para una unión general de anarquistas editado por Antagonismo. (http://www.antagonismo.net/images/stories/Antagonismo/Pdf/PlataformaOrganizativaParaUnaUnionGeneralDeAnarquistas.pdf)
[3] Claro que son unos retrasados mentales, pero sobre todo son unos contrarrevolucionarios disfrazados de “revolucionarios” que están actuando en el terreno o “donde las papas queman” y por lo tanto deben ser denunciados y combatidos con toda la fuerza por el proletariado revolucionario internacional.