¿El fin de antifa?

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A pesar de la desolación por la situación en Ucrania, por lo menos sería una alegría que en ambos bandos se hiciera un frente para luchar contra los nazis que se están matando entre ellos.

Pero ahora resulta que los «antifascistas», de hecho, se dedican a hacer lo mismo ( de nuevo una vez, dos , tres… ).

Estoy seguro que en el conjunto de la antigua Unión Soviética, sólo una minoría de «antifas» están dispuestos a morir por Poroshenko o por Putin. Sin embargo, la escalada de la demencia, y el intentar actuar también trae consecuencias.

Supongamos que algunos del BOPH  o de NSO-Norte (organizaciones armadas nacional socialistas rusas. N. de T.) en el norte se apoderan de San Petersburgo y declaran que hay una «república popular». O el Emirato del Cáucaso captura Stavropol, y hace lo mismo. ¿Vamos a exigir a Putin un «cese inmediato de las hostilidades y la resolución  del conflicto de manera pacífica en las negociaciones abiertas e igualdad sin amenazas de violencia»? Esto es poco probable. Bueno, la lucha en el bando de Putin en contra de ellos tampoco la querríamos, ya que los anarquistas no deben participar en ninguna guerra, excepto la de clase.

Bueno estas son deficiencias del ambiente subcultural, por supuesto, son pequeñas cosas. El apoyo al gobierno de Kiev o la mucho peor posición de «Crimea es nuestra» tienen el respaldo de minorías significativas en el ambiente antifascista.

Antifa en la antigua Unión Soviética ha sido siempre un frente común para las diferentes tendencias desde los anarquistas y socialdemócratas a los liberales y los estalinistas e incluso patriotas nacionales, por lo que se creó deliberadamente. En condiciones de cero, era una táctica bastante apropiada que ha traído grandes beneficios a los anarquistas. Desde estas tácticas y posiciones los anarquistas siempre han estado más claramente definidos que otros, los anarquistas lograron atraer a muchos patriotas y otros indecisos para las acciones del Primero de Mayo, las acciones de 19 de enero, las protestas 2011/2012 etcétera. Antifa fue uno de los pocos proyectos exitosos de los anarquistas en la antigua Unión Soviética en los últimos 15 años, sin embargo, este éxito se extrajo con fuertes pérdidas.

Muchos «indecisos» fueron capaces de llegar al anarquismo, pero no todos. Siempre han sido una gran proporción los que sólo querían relajarse en conciertos sin la amenaza de los nazis, o asumir la pose de «veteranos», pero no hubo ninguna crítica al poder. Y no todos esos «indecisos» tenían una actitud neutral hacia el poder y el capital también pudieron ser bastante conscientes, su elección fue razonada. Yo no creo en el «progreso basado en la búsqueda de la verdad», y creo que la formación del mundo individual es en gran parte el resultado de procesos aleatorios y depende poco de sus facultades mentales. Y ahora, durante una ola de fervor patriótico, que recorrió Rusia y Ucrania, por supuesto, la mayoría de estos «indecisos» se acercaron al punto de vista del poder.

Que los elementos más patrióticos de la escena antifa estén en bandos opuestos en Ucrania, en su conjunto, sugiere que el tiempo antifa ha pasado. En Rusia ya se había  pasado en el período 2011-2012, cuando los nazis (mas bien temporalmente) redujeron el grado de terror, y la primera vez desde los 90 que la PHE  (Unidad Nacional Rusa) comenzó a confiar en los movimientos de protesta de masas.  La precaria unidad antifa sólo era posible ante una amenaza común, con la derrota del BOPH y NSO-Norte y la reorientación táctica de fascistas rusos esta unidad desapareció rápidamente, y con ella de muchas maneras los muy «antifascistas».

Junto con los antifascistas también se ha ido a la tumba la inventada durante las protestas de 2011-2012 «unidad de la izquierda». Sergei Udaltsov y la otra «izquierda» a raíz de la subida general del patriotismo tomaron la postura pro-Kremlin sobre Ucrania. Pero tal es la esencia de la «izquierda» en Rusia, el 99% de ellos, por lo general, los imperiales, que en los momentos difíciles, siempre, están de parte de las autoridades. NBP también vuelve a esta posición en 1993.

Ahora, por supuesto, estamos en una posición incómoda cuando nuestros compañeros están siendo enjuiciados, los presos políticos estan siempre recogiendo la herencia del pasado, la lucha por la que se sientan en el banquillo siempre ha sido una lucha del pasado.

Pero esto no quiere decir que la lucha del pasado fuera un absurdo o  un error. En 2002, 2005, 2009 la lucha antifascista era tema de actualidad y, en cualquier caso, no es necesario que nadie se sienta mal por la participación en la misma, a pesar de que algunos de los entonces aliados ahora son autoritarios  y enemigos.

La nueva situación política en muchos aspectos es similar a la de los años 1999-2002, la segunda guerra de Chechenia. Por un lado, entonces era difícil de actuar no estando con nadie, en la «izquierda» anti-guerra estaban solos, los liberales estaban comprometidos con la campaña basura de Jakamada.

Por otro lado después todo fue más fácil, porque uno puede contar sólo con uno mismo, porque la única posición inteligente bajo estas condiciones podría ser sólo la anarquista.

Estoy acostumbrado a las condiciones y siempre hablaba categorías de aquellos tiempos, así que lo que sucede ahora, me parece claro e incluso familiar. Pero entiendo que los que están acostumbrados a actuar sobre la base de las categorías de «antifa» o «izquierda» están ahora en la confusión. En el mejor de los casos escriben malos análisis, en el peor apoyan a Novorrusia o luchan contra ella. Pero los tiempos han cambiado, es necesario monitorear estos cambios y sacar conclusiones apropiadas.

Antti Rautiainen

Extraído de: https://avtonom.org/author_columns/konec-antify

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